Hacía calor. Salí de casa y subí a lo alto de la montaña. La noche era muy oscura. De pronto, una pequeña luz surcó fugazmente el espacio, y luego otra y muchas más.Parecian fuegos artificiales... ¡Pero eran cometas!Fui corriendo hacia esas luces. Pasé por encima de algunas rocas, atravesé el río de un salto y al mirar hacia atrás me di cuenta que las rocas eran gomas de borrar. Fui a tocar las gomas de borrar y aparecí en lo alto de la montaña. De pronto, vi de nuevo los cometas y los seguí, pero al pasar por encima de las gomas de borrar, tropezé, y cai en un agugero negro. Me desmayé al caer y al pasar un rato me desperté. Estaba una calculadora enorme, y mi profesor. Al ver su cara me asusté. Como vi de reojo, parecía un troll. Me escapé de él. Pero la calculadora me cerró el paso y no pude seguir hacia delante. Hice un salto muy alto para apagar la calculadora y seguir hacia delante. Me encontré por tercera vez con los cometas. Esta vez, en vez de seguirlos, pregunté cómo volver a casa. Me dijeron que tenía que bajar por el agugero y buscar a mi profesor. No lo quise, pero acepté y busqué hasta encontrar unos libros enormes. En aquel momento, me llené de asco. Odiaba los libros.Fui poco a poco hacia atrás y caí. Estuve bajando dos horas y al caer estaba en mi cama. Pensé que había sido un sueño, pero al mirar por la ventana vi los cometas.
oso ipuin polita!
ResponderEliminarNabari da gehienetan ametsetan zabiltzala!!!
Baina tarteka lurrera itzuli behar da...eh???
oso ondo Maddi oso ondo
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